viernes, 29 de julio de 2016

T. S. ABE


T. S. Abe es una artista británica cuya producción se centra fundamentalmente en el retrato a lápiz. Famosos, personas anónimas, autorretratos, la obra de Abe es muy detallista y presenta un dibujo muy realista aunque con cierta tendencia a lo decorativo en determinadas obras.

En «Sabotage», una obra de 2010, se reproduce una célebre fotografía de Bobby Fischer realizada por Philippe Halsman en 1967 —publicada en ARTEDREZ  en 2011— en la que la propia autora se incluye en el acto de mover un peón. Es de suponer que ese es el sabotaje al que se refiere el título. Si Abe supiese la opinión que el de Brooklyn tenía de las habilidades ajedrecísticas de las mujeres quizá no se hubiera atrevido a tanto.

miércoles, 27 de julio de 2016

¡BIZARRO!


«Bizarro» es una tira cómica que desde 1985 viene publicando el historietista norteamericano Dan Piraro en diversos medios de todo el mundo. Como su nombre indica (su nombre en inglés, ya que en castellano tiene otro significado), sus viñetas acentúan todo lo que de raro, todo lo que de estrafalario puede tener la vida cotidiana. Activista comprometido en la defensa de los animales y progresista en lo político y social, no duda en tratar temas controvertidos en sus obras.

Desde hace tiempo, Piraro mantiene un juego con sus lectores al esconder una serie de símbolos recurrentes —un globo ocular, un cartucho de dinamita, una nave espacial, un pájaro cabeza abajo, un zapato, una corona, las siglas K2 y así hasta once— dentro de sus viñetas. El número de símbolos por viñeta es variable pero viene indicado por una cifra que aparece al lado de su firma. Cada elemento tiene un significado propio que el artista explica en su página web.

En la viñeta de hoy, publicada en 2008, rinde homenaje a una de las grandes películas de la historia de la que no creo que sea necesario recordar el título. Yo, por mi parte, quiero dedicar esta entrada a un buen amigo, Miguel López.

lunes, 25 de julio de 2016

TIERRA DE GIGANTES


La señorita de la fotografía es Deanna Lund, actriz protagonista de Land of the Giants, una serie norteamericana de ciencia ficción de finales de los años 60. Deanna —Valerie en la ficción— está confundida en la imagen con otros trebejos gigantes dentro de una caja también gigante. Está ahí porque muy a su pesar ha desempeñado la función de pieza —la reina, como no podía ser menos— en una peligrosa partida de ajedrez. Pero vayamos por partes.

Para los que no tengan edad para recordarlo, Land of the Giants (conocida en España como «Tierra de gigantes») es la historia de una nave espacial suborbital que por una accidente espacio-temporal aparece inopinadamente en un planeta aparentemente igual a la Tierra pero en el que todo tiene un tamaño descomunal. El planeta de los gigantes está regido por un gobierno autoritario y cuando descubren a los pequeños terrícolas intentan capturarlos para estudiarlos y comprender su tecnología.

En el capítulo  que nos ocupa, el cuarto de la segunda temporada, titulado «Deadly Pawn», un grupo de «pequeños» es capturado por Kronig, un millonario extravagante, inestable emocionalmente y fanático del ajedrez. Para comparar su inteligencia con la de sus prisioneros, propone disputar una partida de ajedrez con el mejor de todos. La libertad será el premio que se ponga en juego. El campeón de los «pequeños» resulta ser un muchacho de 14 años lo que motiva el desdén y la irritación de Kronig. Para dar emoción a la cosa, el gigante decide que los «pequeños» sean atados a las distintas piezas...

En el capítulo hay una curiosa referencia a la historia del ajedrez norteamericano. Cuando uno de los «pequeños» cuestiona la pertinencia de que sea un joven de 14 años el que se enfrente a Kronig, otro le contesta que Bobby Fischer solo tenía 14 años cuando derrotó a Reshevsky en el campeonato de los Estados Unidos. Es cierto, pero no del todo. Efectivamente, Bobby Fischer se proclamó en 1957 el campéon más joven de los Estados Unidos con 14 años de edad pero la partida que le enfrentó con Reshevsky terminó en tablas. La primera victoria de Fischer sobre Reshevsky, en una partida que se hizo famosa, tuvo lugar en 1958, también en un Campeonato de los Estados Unidos, pero Fischer tenía ya 16 años. 

Con ustedes, «Deadly Pawn» en versión original.

viernes, 22 de julio de 2016

MÚSICA PARA JOVENCITAS INTELIGENTES

El jazzmen belga Willy Albimoor publicaba en 1963 en el sello Society su LP Music for Intelligent Young Ladies.

Lamentablemente, en la funda del disco no se acredita al autor del fotomontaje que ilustra la cubierta.

¡Música, ajedrez y jovencitas inteligentes! ¿Qué más puede uno pedir?

miércoles, 20 de julio de 2016

AJEDREZ POR NETANEL MILES-YÉPEZ

“Ajedrez / Chess.” Oil on Canvas. 30” x 40” (2009) “The basic imagery of ‘Ajedrez’ comes from a dream I had when I was young. In it, I saw my grandfather as a muerto, a ‘dead one,’ being fed by my aunt. In the painting, however, it is my mother sitting at a chess table—he loved to play chess—feeding him his own ‘queen,’ representing the feminine. A window in the room looks out on his beautiful hometown of Guanajuato in colonial Mexico. “My grandfather was an educated man in Mexico, having studied philosophy in the university, but was forced to leave during the bloody Mexican revolution. In the United States of the early-to-mid 20th-century, he could only find work in a factory and lived a somewhat dingy existence, somehow made worse by the knowledge of a world of grandeur within him. “Though he was an incredible man—almost legendary in my family—he was a poor father who could not manage to give his daughters the affection they needed. Thus, the painting ultimately depicts the victory of his daughters over him, feeding him his own queen. That is to say, they all became women of courage and substance who made good lives for their families. “The interesting part of the dream was that, although I had seen Dia de los Muertos, ‘Day of the Dead’ imagery as a child in Mexico, I was not aware of the holiday itself or the custom of ‘feeding the dead’ when I had the dream. And yet, the dream’s imagery was exactly in accord with the traditional beliefs!” — Netanel Miles-Yépez

«Ajedrez/Chess» es una intrigante obra del norteamericano de origen mexicano Netanel Miles-Yépez.

En la página de la Galería Albion-Andalus el propio artista explica la iconografía y la gestación de la obra:
Las imágenes concretas de «Ajedrez» vienen de un sueño que tuve de joven. En él vi a mi abuelo muerto mientras era alimentado por mi tía. En la pintura, sin embargo, es mi madre la que, sentada ante un tablero de ajedrez —él adoraba el ajedrez—, le limenta con su propia dama, representación de lo femenino. Una ventana de la habitación muestra su hermosa ciudad natal, Guanajuato, en México.
Mi abuelo fue un hombre culto, había estudiado filosofía en la Universidad, que se vio forzado a abandonar durante la sangrienta revolución mexicana. En los Estados Unidos de principios del siglo XX solo pudo encontrar trabajo en una fábrica lo que le condenó a una oscura existencia, que todavía hacía menos soportable la conciencia de que había un mundo mejor al que no tenía acceso.
Aunque fue un hombre increíble —casi legendario en la familia— no fue un buen padre, incapaz de proporcionar a sus hijas el afecto que necesitaban. La pintura representa la victoria final de sus hijas sobre él, alimentándolo con su propia dama. Lo que quiere decir que ellas se convirtieron en mujeres valerosas y con entidad, capaces de ofrecer una buena vida a sus familias.
La parte interesante del sueño es que, aunque había visto la imaginería del «día de los muertos» de niño en México, yo no era consciente ni de la pripia celebración ni de la costumbre de «alimentar a los muertos» en la época en que lo soñé. Y a pesar de ello, las imágenes del sueño están totalmente en consonancia con las creencias tradicionales.
Miles-Yépez es además profesor de Historia de las Religiones en la Universidad Naropa, Boulder, Colorado.


FICHA TÉCNICA
NETANEL MILES-YÉPEZ
AJEDREZ/CHESS (2009)
ÓLEO SOBRE LIENZO. 30x40 cm.
COLECCIÓN PARTICULAR

lunes, 18 de julio de 2016

UN TREBEJO DE 632.000 €

chess piece a kinga proposed po | statuette | sotheby's l16303lot92h33en:

El pasado 6 de julio, la casa de subastas Sotheby's remató en 632.000 € la licitación de esta pieza de ajedrez. Se trata de un rey tallado en marfil de morsa, con restos de policromía, fabricado probablemente en un taller de Colonia a principios del siglo XIV.

Del resto del juego, poco se sabe. Se relaciona estilísticamente con un alfil que se conserva en el Staatliche Museen de Berlín y con otro rey, este en el Victoria & Albert Museum de Londres. Las tres piezas parecen del mismo taller y aun de la misma mano pero se discute si formaron parte del mismo juego.

Bishop (Chesspiece), German, Cologne, 14th century, ivory, Berlin, Staatliche Museen zu Berlin (Inv. No. 667). Photo: © bpk / Skulpturensammlung und Museum für Byzantinische Kunst, Staatliche Museen zu Berlin.: Chesspiece, German, Cologne, ca.1300-1320, carved walrus ivory, London, Victoria and Albert Museum (Inv. No. 213-1867). Photo: © Victoria and Albert Museum, London.:

La pieza es característica de la escultura gótica alemana bajomedieval y presenta a un rey joven, sedente, coronado y tocado con el manto real, y al que probablemente falte un símbolo de poder en la ausente mano derecha. A su lado, un halcón reposa sobre su percha. 

Precisamente la presencia de este halcón ha llevado a los especialistas a pensar que la figura representada pudiera ser Federico II Hohenstaufen; conocido en su tiempo como stupor mundi; emperador del Sacro Imperio Romano Germánico; motejado de perjuro, hereje, perturbador de la paz y blasfemo por el papado; condenado al sexto círculo infernal por Dante Alighieri en razón de su epicureísmo y considerado, nada más y nada menos, el primer europeo por Friedrich Nietzsche; libertino, extravagante y dotado de una enorme curiosidad intelectual, se interesó por la filosofía, la astronomía, las matemáticas, la medicina y las ciencias naturales; fundó universidades y escribió poemas y diversos tratados. De uno de cetrería, intitulado De arte venandi cum avibus, viene la asociación con el halcón cuya presencia es tan frecuente en la iconografía de Federico.

Probablemente por sus desavenencias con el papado, una vez fallecido, en 1250, su figura despertó grandes esperanzas escatológicas y se profetizó su regreso triunfante después del cual se iniciaría un milenio de paz y se establecería el reino de los pobres sobre la tierra. Durante mucho tiempo se esperó al futuro Federico, pero todos los que reclamaban serlo resultaron ser unos impostores y fueron con mayor o menor prontitud desenmascarados. Las esperanzas depositadas por el pueblo de que otros emperadores, entre ellos nuestro Carlos I, fueran realmente el renacido Federico se vieron rápidamente frustradas por las políticas de estos, nada proclives, como era de esperar, a los pobres. Y así seguimos, esperando a Federico. La verdad es que si Federico volviera, este humilde cronista sería su escudero; que buen caballero era.


viernes, 15 de julio de 2016

BONJOUR, MONSIEUR MARCEL

Otra recreación más de nuestra obra favorita, esta vez a cargo del artista macedonio Robert Gligorov. Artista multidisciplinar, performer, fotógrafo, escultor, Gligorov suele presentar instalaciones de fuerte impacto visual y no exentas de polémica que intentan llamar la atención de un espectador ya bastante saturado de imágenes en su vida cotidiana.

«Bonjour, Monsieur Marcel» es un díptico fotográfico en el que el artista no duda en introducirse él mismo en la foto icónica de Marcel Duchamp y Eve Babitz y saludar respetuosamente al viejo maestro en un gesto que no deja de ser una clara declaración de intenciones. 

FICHA TÉCNICA
ROBERT GLIGOROV
BONJOUR, MONSIEUR MARCEL (2014)
COPIA FOTOGRÁFICA GLICLÉE (EDICIÓN DE 5 EJEMPLARES). 180 x 350 cm.
COLECCIÓN PARTICULAR

miércoles, 13 de julio de 2016

LOS TREBEJOS MALDITOS



Los pelos se le van a quedar como a la chica de la portada, desprevenido lector, cuando lea la terrible historia del joven caballero Maximilian Jones y descubra los asombrosos hechos que ocasionaron la perdición de su linaje y causaron su temprana y desgraciada muerte.

Maximilian Jones, un joven de la más rancia aristocracia galesa, acaba de terminar sus estudios en un internado suizo y vuelve a casa —en su caso, un castillo que perteneció mucho tiempo a la familia y que acaba de reintegrarse al patrimonio familiar— donde es recibido por su padre. Un día, al poco de instalarse, explora el castillo y descubre una habitación sellada cuya puerta, movido por la curiosidad, no tarda en allanar. Dentro descubre un antiguo juego de ajedrez...


Viñeta I
—Sí, no me había equivocado. Un tablero de ajedrez



Viñeta II
Excitado por su sensacional descubrimiento.
—¡Fantástico! ¡Hasta los trebejos están en buen estado!

Viñeta III
—Dios sabe desde cuánto tiempo estará aquí. Sería una pena dejar que se estropeara.

Viñeta IV

—Después de una buena limpieza, quedará como nuevo. Podré echar buenas partidas con mi padre.

Poco después, el padre de Maximilian organiza una fiesta para dar la bienvenida a su hijo y presentarle a deudos y vecinos, sobre todo a Sandy McDaniels, joven bella y algo ligera de cascos. Maximilian ejerce de anfitrión con Sandy y le enseña el castillo y sus tesoros y, ¡cómo no!, su reciente descubrimiento, el antiguo juego de ajedrez que había encontrado en la habitación prohibida.


Viñeta I
—Déjeme ver.

Viñeta II
—¡Vaya! Un material bien extraño para tallar unas piezas.

Viñeta III
—¿Quiere que le diga de qué están hechas las piezas?
—Se lo ruego.

Viñeta IV
¡De huesos humamos!

Pese al macabro descubrimiento, Maximilian propone jugar una partida a Sir Douglas, uno de los invitados...



Viñeta I

Un poco después.

—¿Qué sabe de este tablero, padre?
—¿Dónde lo has encontrado, Max?

Viñeta II
—Aquí mismo, en el castillo. Olvidado en una buhardilla.
—¡Qué raro! Ni siquiera sabía de su existencia.

Viñeta III
La partida comienza
—Usted mueve, Sir Douglas.

Viñeta IV
Después de una hora de juego...

Después de una hora de juego, el joven Jones se impuso brillantemente a Sir Douglas y los invitados se retiraron a descansar. Pero Maximiliam Jones vio turbado su descanso por unas inquietantes pesadillas en las que un gigantesco caballo de ajedrez cobraba vida y le perseguía campo a través. A la mañana siguiente los invitados salieron a cabalgar. Maximilian había olvidado sus terribles sueños y se unió gustoso a la partida. Sin embargo, a poco de partir el caballo de Sir Douglas se encabritó y descabalgó a su jinete quien falleció de resultas de las heridas sufridas en la caída.

De regreso al castillo, nervioso y entristecido, Maximilian siente una extrañas ganas de jugar al ajedrez. Todos los invitados declinan su oferta, salvo su anciano padre.


Viñeta I
—Si te parece, podríamos jugar una partida de ajedrez.

—¡Qué coincidencia! ¡Venía precisamente a invitarle a jugar!


Viñeta II
Stuart les llevó el tablero
—Eso es todo, Stuart. ¡Gracias!
—Muy bien, señor. ¡Buenas noches!

Viñeta III
La partida comienza

Viñeta IV
—Hum. Veamos...
—Lo siento por mi padre pero creo que será mate en un par de jugadas.

Y efectivamente, Maximilian derrotó a su padre y se retiró a descansar. En medio de la noche, el anciano propietario del castillo se desveló y decidió subir a la torre del homenaje para disfrutar del frescor nocturno. Inesperadamente apareció ante él una rata que le hizo sobresaltarse y apoyarse en una de las almenas. No menos inesperadamente, la almena se derrumbó y Lord Jones se precipitó hasta el patio de armas donde murió.

En los días siguientes a la doble tragedia, Maximilian empezó a sospechar que las  muertes no eran fruto de accidentes ni habían sido una mera coincidencia. Los dos occisos acababan de jugar una partida de ajedrez en el antiguo juego tallado en huesos humanos encontrado en una buhardilla del castillo. Y la pieza que había asestado el golpe definitivo en cada caso estaba íntimamente relacionada con la ambas muertes. El caballo en el caso de Sir Douglas; la torre, en el de Lord Jones.


—En efecto, sir Douglas. ¡Jaque mate con el caballo!
—Tengo que admitir que eres un gran jugador, Maximilian.
—Has ganado, hijo mío.
—Sí, con un jaque de torre.

El nuevo Lord Jones hizo participe a Sandy McDaniels de sus sospechas. El tablero estaba hechizado y causaba la muerte del jugador que perdía una partida en él. Y el vehículo ejecutor era un trasunto de la pieza que había hecho la jugada final.  La formación científica de Miss McDaniels hizo que mofara abiertamente dicha idea. Para demostrarle lo equivocado que estaba, retó a Maximilian a una partida de ajedrez. Este se negó en redondo, temeroso de que la maldición se cebará en Sandy, por quien, en este punto de la historia, se sentía fuertemente atraído. Decidida a sacar a Maximilian de su error, Sandy McDaniels pensó que quizá vencería la resistencia a jugar del joven si se ofrecía a disputar la partida en pelota viva y con un premio especial en caso de victoria. Los hechos le dieron la razón.


Viñeta I
—¡De acuerdo!
—¡Trae el tablero!

Viñeta II
—Estoy lista.
—¡Comencemos!

Viñeta III
La partida es larga
—Juegas muy bien, Sandy.
—Me voy apañando.

Viñeta IV
—¡Cuidado con vuestro caballo, Max!

—Bueno, ya que insistes en dejarme ganar. ¡Jaque mate con el alfil!

No se sabe si es que ella se dejó o si fue que Lord Max estuvo inspirado, el caso es que éste ganó la partida y se dispuso a cobrar su premio. En esas estaban, ju, ju, ja, ja, por las galerías del castillo cuando la joven McDaniels dio un resbalón que le hizo chocar contra una vetusta armadura de las muchas que poblaban el castillo con la mala suerte que la alabarda que portaba cayó sobre su nacarado cuello. Digamos que Miss McDaniels ya no tendrá ocasión de sentar cabeza.

No necesitó Maximilian ninguna prueba más para convencerse de que los trebejos y el tablero estaban malditos. Otra muerte y, como cabía esperar, provocada por un alfil. Desesperado, trató de destruir el juego pero lo único que consiguió fue convocar accidentalmente al espectro de Dorothee Smallsonn, quien compareció también en pelotas, por cierto. 



Viñeta I
Entonces, misteriosamente...
—¡Aaah!

Viñeta II
—¡Maxilimilian!
—¿Quién eres?

—«Soy Dorothee Smallsonn» —contestó el espectro—. «Y te voy a contar la historia de tu familia, a causa de la cual vas a morir». Dorothee había sido reina de un pequeño reino irlandés en la turbulenta época de las guerras de religión. Derrotados sus ejércitos, se vio obligada a huir hasta que que creyó encontrar refugio en el castillo de Sir Archibald Jones, antepasado de nuestros Jones. Mas sir Archibad resultó ser un fementido traidor, además de un sádico repugnante. Contraviniendo todos los grados de la hospitalidad, aherrojó a su visitante en un calabozo del castillo y la sometió a todo tipo de sevicias. Para terminar, decidió fabricarse un juego de ajedrez con sus despojos.



Viñeta I
—Ordenaré que tallen unas piezas de ajedrez con tus huesos.
Así aun después de muerta podré disfrutar de ti.

Viñeta II
Pero, en el momento de morir, pronuncié una maldición:
Quien jugara con esas piezas y perdiera...

...perdería la vida. Pero Sir Archibald resultó ser un hueso duro de roer y no perdió partida alguna hasta su muerte. Hecho que contradice las modernas conclusiones de la psicología experimental que hacen del ajedrez crisol de todas las virtudes y espejo de gentilhombres. Maximiliam arguyó en su defensa que no había perdido una sola partida desde que había descubierto el tablero, cosa que era cierta. Pero Dorothee refutó su intento argumentando que había sido su mano espectral la que había guiado su estrategia en las partidas y que, además, era el último de su estirpe y le tocaba palmar. *(ver nota al final del texto)

El espectro despareció entre llamas y Jones se retiró a sus aposentos en busca de sosiego y descanso. En medio de la noche, los sueños volvieron a acosarle...


—¡Oh, la buhardilla se ha convertido en un gran tablero
de ajedrez!

De repente se vio envuelto en una terrible partida de ajedrez viviente en la que los muertos hacían de trebejos.

—¡Es tu última partida, Maximilian Jones!

Llegados a este punto no nos cabe sino lamentar el poco conocimiento de las leyes del ajedrez que tienen los seres infernales. Como el lector habrá advertido, siempre que el terror pánico le haya permitido observar con detenimiento la imagen, los personajes de la función se han colocado dejando un escaque negro a la derecha, cosa que ni en el inframundo ni en éste está permitida. ¿Sueño o realidad? ¿Fue todo un delirio fruto del tremendo desgaste que una serie concatenada de terribles desgracias volcó sobre el desdichado Maximilian Jones? ¿O fue realmente una inicua venganza surgida del pasado? Nunca lo sabremos. Lo cierto es que fue la última partida de Maximilian Jones porque al día siguiente...


Al día siguiente...
—¡Qué tragedia!
—¡Un paro cardíaco! ¡Extraño en un joven de su edad!

Algunos malintencionados opinan que el no reconocimiento de la autoría, tanto de los dibujos como de los textos, se debe a una mala praxis empresarial de los editores de la publicación. Nada más lejos de la realidad. Es la mínima precaución exigible para salvaguardar su integridad. Cuando uno se acerca demasiado a lo desconocido, cualquier precaución es poca.

Un gran amigo, Nacho Pérez Ortiz, afrontando quién sabe qué riesgos, puso en mis manos el manuscrito que contiene esta historia pensando que hallaría en ella algo de interés, cosa que le agradezco. Yo lo he transcrito con apenas los cambios mínimos indispensables para adecuar este cruda historia a las normas del decoro que nuestro siglo exige.


FINIS CORONAT OPUS

* Nota. El cronista reconoce que no entiende muy bien esta parte de la historia.

lunes, 11 de julio de 2016

AJEDREZ PLAYERO

Ahora que ya tenemos encima la caló y aquellos que puedan estarán pensando en huir para las playas, si es que no lo han hecho ya, queremos llamar la atención sobre un invento que permitiría jugar fácilmente al ajedrez en la playa imprimiendo los perfiles de las piezas sobre la arena húmeda, prescindiendo de esta forma de tener que cargar con un engorroso juego de ajedrez con sus trebejos y su tablero. 

El invento consiste en dos cubos en cuyas caras están resaltados los perfiles de las piezas y que, mediante una simple presión, imprimirán sobre la arena las distintas piezas, como si de una diagrama de cualquier libro se tratara. Para jugar solo habría que ir borrando las piezas de su casilla de origen y volverlas a imprimir en la casilla de destino. Las negras y las blancas se distinguirían fácilmente porque unas quedarían en bajorrelieve y las otras rehundidas en la superficie.

Genial, ¿verdad? El problema es que al invento le han salido dos padres.  Bueno, realmente un padre y una madre, aunque de distinta familia.

Reivindican la paternidad, por una parte, Timothy Callahan, neoyorquino, que defiende su primacía con el siguiente diseño —y video explicativo—.




Y por otra parte la suiza Diane Bayard, que hace lo propio con este otro diseño y foto informativa:




La idea es la misma y, francamente, no tengo elementos de juicio para saber quién tiene la razón. A ver si se aclaran y el año que viene se lo pueden llevar a la playa.

viernes, 8 de julio de 2016

MIKE KEEFE y HENRY KLAIMAN


La viñeta de arriba corresponde a un juego que el diario The Denver Post mantenía con sus lectores, llamada Name that Toon (rotula esa viñeta). Uno de los dibujantes del periódico publicaba una viñeta con un bocadillo vacío y se pedía a los lectores que propusieran un texto para rellenarlo. El premio consistía en volver a publicar la viñeta con el texto elegido y firmada al alimón por el dibujante y el concursante ganador.

El 28 de septiembre de 2010, el editorialista dibujante (ignoro si existe esta categoría en la prensa española) del periódico, Mike Keefe, publicó la viñeta del caballo de ajedrez sobre un mundo escaqueado y poblado por piezas del juego de las damas. El 3 de octubre se volvió a publicar con el texto ganador, fruto del ingenio de Henry Klaiman, de Salida, Colorado, cuya traducción es:
 —Claro que estoy sobrecualificado, pero necesito el trabajo.
 Y que de triste actualidad resulta.


miércoles, 6 de julio de 2016

LOS JUGADORES DE AJEDREZ POR CONNIE CHADWELL


Los jugadores de ajedrez es una obra al pastel de la artista norteamericana Connie Chadwell. Este es su blog.


FICHA TÉCNICA
CONNIE CHADWELL
CHESS PLAYERS (LOS JUGADORES DE AJEDREZ), 2013
PASTEL SOBRE CARTÓN. 40,6x50,8 cm
COLECCIÓN PARTICULAR

lunes, 4 de julio de 2016

SUEÑO DUEÑO

 SUEÑO DUEÑO

Videoarte realizado con una única fotografía que manifiesta el largo sueño-realidad de Eduardo Scala:

1962: el ajedrecista tiene 16 años, juega ajedrez competitivo y ve la escasa altura, la desproporción de la Torre Staunton.

2016: el poeta tiene 70 años y ve, y toca, la Torre Staunton en su Real Escala.

“Siguiendo la tradición —dice Scala—, el proyecto que presento, naturalmente, no es mío, es de Staunton que, siguiendo la tradición, tampoco es de él, sino de Nathaniel Cook, quien lo patentó en 1849. 

Mi trabajo ha sido la de copista que —esta es la conquista— mejora el original”.

El infinito AjedreZ, A-Z, según Luis Antonio Barajas, en las niñas de los ojos del poeta.

SUEÑO DUEÑO, proyecto concebido y realizado en 54 años. 

LAVS DEO.

viernes, 1 de julio de 2016

LA ESCALA REAL DE LAS TORRES DE STAUNTON, UN PROYECTO DE EDUARDO SCALA

Con motivo de la celebración de la XXIX edición del Torneo Magistral Ciudad de León, disputado entre el 9 y el 13 de junio de 2016, el poeta Eduardo Scala presentó un proyecto personal largamente acariciado: la reforma del modelo tradicional de piezas Staunton.

Desde su adolescencia, cuando participaba activamente en torneos de ajedrez, Eduardo Scala encontraba que las torres del modelo tradicional Staunton, con el que se juegan la mayoría de los torneos oficiales, no guardaban una relación precisa con el resto de las piezas. Eran significativamente más pequeñas que los alfiles o los caballos, pese a su mayor valor relativo en el juego. Esta incoherencia le ha llevado, cincuenta y cinco años después, a proponer la reformulación de La Escala Real de las Torres de Staunton.

Eduardo Scala con las torres «a escala» en una fotografía de Luis Antonio Barajas.
Como es sabido, las piezas Staunton son en realidad una patente de 1849 del editor de The Illustrated London News Nathaniel Cook. Staunton simplemente le prestó el nombre y contribuyó a promocionarlo desde la columna de ajedrez que escribía en el mismo diario del que Cook era editor. Es quizá uno de los primeros casos de la historia de la publicidad en el que un famoso presta su imagen y su nombre a un producto. 

El diseño original de Nathaniel Cook

El diseño de Cook, basado en los principios del neoclasicismo —el movimiento artístico imperante al principio de la época victoriana—, tuvo un éxito inmediato y prolongado. Sus piezas son hermosas, están perfectamente individualizadas (cosa que no pasaba en los modelos anteriores) y además, al estar emplomadas y tener recubierta su base de fieltro, estaban perfectamente equilibradas y apenas hacían ruido al posarse en el tablero. Era cómodo jugar con ellas. En 1924, la Fedración Internacional de Ajedrez las eligió como el modelo oficial para todas las competiciones que se celebraran bajo sus auspicios.

Sin embargo, como bien captó el joven Scala, su escala no respetaba el valor real de las piezas, al ser las torres más pequeñas que los alfiles y los caballos. Según el autor, este aspecto era común a los juegos de ajedrez de uso corriente en la Inglaterra de aquellos años y se remonta casi hasta los más antiguos ejemplos existentes de trebejos ajedrecísticos, como los muy célebres de la Isla de Lewis, cuyas torres son igualmente de menor tamaño que alfiles y caballos.

En 2013, un encuentro casual con el maestro tallista Rodolfo González Berlanga —también ajedrecista— impulsó definitivamente el proyecto. Siguiendo las instrucciones de Eduardo Scala, el maestro González Berlanga talló el prototipo de la nueva torre Staunton. El resultado es el que pueden ver en la fotografía que cierra esta nota. La nueva torre es respetuosa con la tradición y encaja perfectamente en la estética del diseño de Nathaniel Cook.




El diseño de Eduardo Scala con la torre recuperando su escala real. Foto Luis Antonio Barajas