jueves, 10 de mayo de 2007

LA VARIANTE DEL UNICORNIO O LA PARTIDA QUE SALVÓ AL MUNDO

En La variante del unicornio, del norteamericano Roger Zelazny, se cuenta el enfrentamiento entre un hombre y un unicornio con el destino de la humanidad en juego. El relato está incluido en el volumen Unicorns Variations (una antología que reúne diversos relatos y ensayo) publicada por Timescape Books en 1983. 

La gestación del relato tiene su gracia. A Zelazny le habían propuesto participar en dos antologías de cuentos cortos; una requería relatos ambientados en un bar y la otra relatos protagonizados por un unicornio. El escritor le comentó el hecho a un amigo que estaba al tanto de que se estaba preparando una tercera antología, centrada esta en el ajedrez. El amigo lo tuvo claro, sugirió a Zelazny que escribiera un relato protagonizado por un unicornio, ambientado en un bar y en el que se disputase una partida de ajedrez. Así podría vender el relato tres veces. Roger lo hizo  y el resultado tuvo tanto éxito que le llevó a ganar un Premio Hugo en 1982. 


Cubierta de James Warhola para la edición de 1987 de  Unicorn Variations de Avon Books


El unicornio, Tlingel, no es ese animal de albor inmaculado cuyo genio altivo solo se atemperaba en presencia de una virgen, y por el que el hombre del Medievo padeció gran número de penalidades, ya que no cejó en el vano empeño de capturarlo para poder preparar, con su cuerno helicoidal, un unto al que, entre otras muchas, se le atribuían propiedades confortativas del miembro natural. Al contrario, Tlingel es negro y su objetivo es destruir el mundo, como si los seres humanos no nos diésemos buena maña para ello nosotros solitos.

Martin, su oponente, es un antiguo jugador profesional de ajedrez al que su incapacidad para soportar la presión había impedido medrar adecuadamente en los ciclos de candidatos al título mundial, lo que le había hecho de él un ser solitario y con querencia al frasco.

El azar reúne a ambos contendientes y cuando Martin descubre que Tlingel es un apasionado ajedrecista intenta frustrar sus planes retándole a una partida de ajedrez con la salvación del mundo como apuesta. Si la presión de una partida oficial había sido casi insoportable para Martin, ahora, con la vida de millones en juego, era algo difícil solo de imaginar. Pero, como siempre hay un buen dios que ayuda a los borrachines, un inesperado acontecimiento vendrá en su ayuda…


Ilustración para la cubierta de Unicorns Variations en una edición de 1985
de la editorial Sphere Science Fiction a cargo de Peter Goodfellow


La partida entre Martin y Tlingel, gracias a la cual está Ud. vivo, lector, no lo olvide, es la siguiente:


MARTIN - TLINGEL

C67. APERTURA RUY LÓPEZ. DEFENSA BERLINESA.

VARIANTE RÍO DE JANEIRO.

En alguna parte del desierto de Nuevo México, s/f

1.e4 e5 2.Cf3 Cc6 3.Ab5 Cf6 4.0-0 Cxe4 5.d4 Cd6 6.dxe5 Cxb5 7.a4 d6 8.e6 fxe6 9.axb5 Ce7 10.Cc3 Cg6 11.Cg5 Ae7 12.Dh5 Axg5 13.Axg5 Dd7 14.b6 cxb6


15.Cd5 exd5 16.Tfe1+ Rf8 17.Ta3 Ce5 18.Txe5 dxe5 19.Tf3+ Rg8 20.Ah6 De7 21.Axg7 Rxg7 22.Tg3+ Rf8 23.Tf3+ Rg7 24.Tg3+ 1/2-1/2


Y el mundo se salvó por triple repetición de posición.



En realidad, la partida fue disputada en Munich en 1900 entre Alexander Halprin, un jugador austriaco de segunda fila, y el gran Harry Nelson Pillsbury. Para terminar, una curiosidad: en las bases de datos aparece recogida una partida, idéntica solo que disputada 100 años después de la original, entre un tal Noble y otro tal Becker en un campeonato sub 16 de Hesse. No será la última vez que dos amigos pactan tablas de antemano pero deciden divertir un poco a la concurrencia aprovechándose del talento ajeno. De paso, y quizá sin saberlo, rindieron homenaje en su centenario a la partida que salvó al mundo.

Sobrecubierta de la 1ª edición. Timescape Books, 1983.



viernes, 4 de mayo de 2007

2001: UNA ODISEA DEL ESPACIO


Aunque ha sido comentada ampliamente en muchos sitios, permítanme que abunde, aunque sea rápidamente, sobre 2001: una odisea espacial.

En la novela de Arthur C. Clarke leemos, en la versión de Antonio Ribera para BOOKS/MEDIASAT:

Para distraerse, siempre podía entablar con Hal un gran número de juegos semimatemáticos, incluyendo las damas y el ajedrez. Si se empleaba a fondo, Hal podía ganar cualquiera de esos juegos, pero como ello sería malo para la moral, había sido programado para ganar sólo el cincuenta por ciento de las veces y sus contrincantes humanos pretendían no saberlo.

Es la única mención al ajedrez que hay en el libro por lo que podemos suponer que la partida de ajedrez entre el astronauta Poole y el ordenador Hal es fruto de Stanley Kubrick, por otra parte conocido y confeso apasionado jugador de ajedrez.


Mucho se ha discutido sobre esta partida, y casi todo para desentrañar si el célebre error que comete el ordenador al cantar la jugada decimoquinta es un fallo de los guionistas o un guiño de Kubrik al espectador versado en ajedrez para advertirle de que Hal está empezando a perder el oremus.

La cuestión es ésta: en la posición del diagrama...


...tiene lugar el siguiente diálogo entre el astronauta Frank Poole (Gary Lockwood, en la versión española con la voz de Manolo Cano) y el ordenador Hal 9000 (Douglas Rain en inglés y Felipe Peña en español):
FRANK
―La reina se come el peón.

HAL
―Y el alfil se come el caballo.

FRANK
―¡Vaya jugada! Torre a rey uno.

HAL
―Lo siento, Frank. Creo que se equivoca. Reina a alfil 3. Alfil come reina. Caballo come alfil: mate.

FRANK
―Ya… Parece que tienes razón. Sí señor.

HAL
―Gracias por una partida tan agradable.

FRANK
―No, de nada.


Educados, sí que eran.

El problema con la secuencia es que, en la notación descriptiva empleada, la jugada número 15 de Hal debía cantarse: Dama a alfil seis, ya que en este sistema cada bando cuenta las filas desde su lado. Un error de este tipo es imposible en un ordenador.

Por cierto, el doblaje castellano añade una segunda incorrección ya que la primera jugada de Hal debía ser alfil por peón de caballo y no alfil por caballo.

Sea como fuere, y dado que el ordenador empieza a dar muestras inquietantes de autonomía, y de insanía, justo en la siguiente secuencia, la escena simboliza la ventaja que el ordenador tiene sobre los astronautas y prepara, de alguna forma, los acontecimientos que se desencadenarán posteriormente.

Hasta el momento en cuestión, la partida había transcurrido de la siguiente forma:

FRANK POOLE - HAL 9000
C86 APERTURA RUY LÓPEZ
Nave espacial Discovery de camino hacia Júpiter, 2001.


1.e4 e5 2.Cf3 Cc6 3. Ab5 a6 4. Aa4 Cf6 5. De2 b5 6. Ab3 Ae7 7.c3 0-0 8.0-0 d5 9.ed5 Cd5 10.Ce5 Cf4 11.De4 Ce5 12.Da8 Dd3 13.Ad1 Ah3 (aquí comienza la escena) 14.Da6 Ag2 15.Te1 Df3 0-1




La partida, disputada en realidad entre dos jugadores alemanes de principios del siglo XX, Roesch y el más conocido Willi Schlage, está comentada en el excelente sitio del escritor y ajedrecista Tim Krabbé.

FICHA TÉCNICA

2001: A Space Odyssey. Metro Goldwin Mayer. U.S.A., 1968.
DIRIGIDA POR STANLEY KUBRICK
GUIÓN DE ARTHUR C. CLARKE Y STANLEY KUBRICK

REPARTO
KEIR DULLEA ( Dave Bowman) Arsenio Corsellas
GARY LOCKWOOD (Frank Poole) Manolo Cano
WILLIAM SYLVESTER (Doctor Floyd) José Luis Sansalvador
DOUGLAS RAIN (HAL) Felipe Peña